Altai... Donde las Estrellas se Pueden Coger con la Mano...
Dra. Alicia Rodríguez, Presidente del Comité Internacional Bandera de la Paz, Visita Rusia
En nuestro Planeta, hay lugares insólitos y bellos, como es el caso de Altai en Siberia, en la Federación de Rusia.
A este lugar, lleno de pinos y árboles llamados verioskas que con el viento tintinean sus hojas, y de ríos glaciares como el Kathun, el gran pintor ruso Nicholas Roerich, iniciador de la Bandera de la paz lo llamaba LA JOYA DE ASIA.
Y efectivamente es una joya, pero no solamente por su sorprendente belleza, sino por sus sorprendentes vibraciones, que nos llenan de paz.
No en vano, corren tantas leyendas de que allí está "Velovodye", que es una de las puertas etèricas de la enigmática Shambhala.
Pero sea cierta esa leyenda o no, lo que si es verdad, es que la alta frecuencia vibratoria de esa lugar, nos lleva a un estado de paz profunda
He tenido la oportunidad de estar allí cerca de un mes,
He recorrido sus montes, sus riachuelos en los que me he pasado horas oyendo su murmullo.
He descansado abajo de los nogales, y he recibido sus gotas de agua, cuando el cielo está totalmente despejado y azul
Cuentan las historias místicas, que los Maestros espirituales, a los seres que dan servicio a la Humanidad, se les manifiestan con estás deliciosas gotas de agua, como evidencia de su presencia.
No tengo palabras para expresar la paz y la felicidad que se siente.
Realmente es un privilegio el estar en Altai, ante la presencia del nevado Monte Beluxa.
En esta región hay varios tipos de casas: Una de ellas es la típica siberiana, construida de troncos de árboles, techos de dos aguas y cuyas ventanas están adornadas con una cenefa azul.
Tuve la oportunidad de hospedarme en una de estas casas en el bello poblado de Zamulta, donde fui invitada por la gentil traductora Galina Ermolina de Novosibirsk. En esa vieja pero maravillosa casa, habita un ser especial llamado Lyudmila Neverova, que ha tenido el buen gusto de no cambiar absolutamente nada de los detalles originales de la casa que tendrá aproximadamente 200 años. Ha conservado los 5 muros que se han usado en Siberia desde tiempo inmemorial, para protegerse de las inclemencias del tiempo, pues allí llegan a los 40 grados bajo cero. En su sala, en vez de piso de madera o de tierra, ha puesto ramas verdes, que emanan un grato olor. Me llamó mucho la atención el clásico retrete que está en la dasha o huerta, en una caseta triangular y hay dos agujeros para poner los pies. Es la primera vez que veo que en este lugar ponen bellas flores y plantas perfumadas, Adornando la puerta, hay un exquisito encaje de frivolité, que es tan difícil de hacer, que ya se está perdiendo su confección.
Por la tarde-noche, alrededor de la fogata, la bella Larisa Malinovskaya, directora del grupo foljlórico coral típico de la región, llamado Zhuravushka”, nos deleitó con canciones rusas. Cuando tocó mi turno, decidií cantar el son veracruzano de la bamba, que causó la alegría de los asistentes
Ludmila aparte de ser una persona simpática y especial, guisa maravillosamente bien. Cuando al despedirnos me pidió el autógrafo, porque me había visto en la Telenovela “Los ricos también lloran” que la han pasado varias veces en Rusia, causando un boom de auditorio, le escribí lo siguiente:
”Para Ludmila, una Luz que ilumina nuestro Mundo”.
El otro tipo de casa que es muy frecuente en Altai, son las llamadas YURTAS, muy parecidas a las yurtas de Mongolia, pero tienen una diferencia. Las de Mongolia, son desmontables, sin embargo las de Altai son de madera, redondas o hexagonales, y son para recibir a los invitados, a tomar el the o “chai”, acompañado de pastelillos y chocolates. Tuve la oportunidad de ser invitada a una de estas acogedoras yurtas, por la gentil Maestra Zhoya Muzikova, que cada vez que me ve, me da un entrañable abrazo, dificl de olvidar.
La primera vez que entré en su yurta, me recibió con un gran ramo de flores silvestres, y en español me dijo:
”La mamá de Luis Alberto”, refiriéndose al personaje que yo había interpretado en la tan vista telenovela “Los ricos”.Desde la primera vez que entré en la yurta, me sentí como en casa. Su acogedora forma hexagonal, el fuego a la mitad del recinto, el tubo de la chimenea en el techo para que saliera el humo, los cojines multicolores, sus camas todas seguidas pegadas a la pared alrededor del fuego…Todo me era familiar.
Generalmente en este tipo de casas, viven los aborígenes de Altai, que son muy parecidos a la raza mongola, pero no son mongoles, aunque tiene costumbres parecidas, como el de las acogedoras y multicolres yurtas
Varios días han pasado desde que regresé de Rusia a Málaga-España, pero aún cierro los ojos, y puedo ver claramente el cielo nocturno, del bello y místico Altai en Siberia, donde hay tantas estrellas que parece se pueden tocar con la mano.
Allí el tiempo parece haberse parado y permanece como hace cien años, permitiéndonos disfrutar de ese estilo de vida.
Todo es natural. Las modestas casas de madera, que te cobijan con tanto amor. la naturaleza que crece libremente, sin ser sofisticada por los hombres, los arroyos cristalinos que te arrullan con su música, el amor de la gente que vive en esa región de Tchendek, en Uymon Valley, El Río Kathun, que te enamora con su azul glaciar y su fuerza arrolladora.
Todo es propicio para percibir en ese lugar, la Presencia de la Jerarquía Espiritual. Seres de una vibración muy elevada. Respetados Guías, que nos dan su mano para poder cumplir nuestra misión, a los que humildemente la realizan.
En realidad, yo no tenía en mis planes visitar Altai en esta ocasión, pero tal parece que como una predestinación, me llevaron hacia allí.
A mi llegada de México a Málaga, había varias cartas. Entre ellas una de unos entrañables amigos de Siberia, y la otra era algo fuera de lo común, porque decía:”Hable a este número telefónico, que Usted tiene un premio”. Casi por curiosidad, hable, y cual fue mi sorpresa, cuando me dijeron que tenía un obsequio de un billete de avión Málaga-San Petersburgo.
Me puse en meditación, para preguntar a Mahatma M., si El me estaba llamando. Y efectivamente, sentí en mi corazón que así era.
Hace mas de veinte años, tuve el gran Honor, de fundar en el Monte Beluxa, un lugar Sagrado, con la Bandera de la Paz. Un helicóptero, nos llevó por toda la Cordillera de impresionantes montes nevados, y tuve la oportunidad de apreciar en toda su magnitud, esos mágicos lugares. El helícoptero descendió y caminamos cerca del lago Akhem, para fundar el Lugar Sagrado. Llevamos Tierra de Centros espirituales de México, de Teotihuacan, Palenque, Montealbán y el Volcán Popocatépetl, así como de la India, por lugares donde había pasado Krishna, y la revolvimos respetuosamente, con la Tierra Sagrada de Rusia, del Monte Beluxa.
En una sencilla ceremonia, frente a la Televisión, echamos en silencio esa Tierra, para que la elevada vibración de la Bandera de la Paz, quedara en ese lugar, como Símbolo de unión entre todos los Seres de la Tierra, sin distinción de raza, ideas políticas o religión.
Allí, ha quedado el Símbolo de la Bandera de la Paz, irradiando constantemente a todo el Planeta, como un transformador de la Ley de la Compensación, para equilibrar en alguna medida, este momento tan caótico que está atravesando el Planeta.
Años después, he regresado a Altai, luego de recorrer buena parte del Mundo, entregando mas de 3000 Banderas de la paz
He distinguido con la Bandera de la Paz, a más de tres mil Instituciones Culturales, Gubernamentales, Espirituales y de servicio a la Humanidad.
En este momento se está llevando a cabo el : ”Programa Juntos Construimos la Paz”, en el que intervienen más de 300,000 personas, que están dispuestas a aprender a ser pacíficos, APLICANDO EL SÍMBOLO DE LA BANDERA DE LA PAZ a sus vidas, que nos da la clave para ser personas armónicas y saludables por medio de ese símbolo (Ver libro "Transfórmate en Bandera de la Paz " de Alom Editores) que muy pronto se imprimirá también en idioma ruso.
En este exitoso contexto, mi vida se refuerza con la jornada mística que acabo de realizar a Altai. Tuve el Honor, de distinguir con la Bandera de la Paz, al Museo de Estatal de Upper Uymon, pequeño pueblo, donde los Roerich, vivieron antes de su expedición a Asia. Los asistentes emocionados, recibieron el mensaje con su corazón, y ahí quedará la bandera expuesta en el Museo para siempre, en recuerdo de nuestra labor espiritual.
Tal parece que la presencia de los Roerich, ha quedado impregnando los bellísimos paisajes de Altai, donde los trigales dorados con tonos azules y verdes, son adornados por el bellísimo Rio Kathun y el impresionante Monte Beluxa.
En ese entorno y con el tibio sol acariciándonos en una tarde memorable, di una charla a los representantes del museo Roerich de San Petersburgo, sobre mis motivaciones para haber dedicado tantos años de mi vida a la Bandera de le Paz, y a dar a conocer la importante presencia de los Roerich en buena parte del mundo, labor por la cual, tuvieron a bien nominarme en 1997 al premio Nobel de la paz.
Mientras la charla transcurría, todo era calma y armonía. Tal parece que las almas, de los allí presentes, quedaron unidas para continuar colaborando con la misión.
También dí una Conferencia en la Ciudad Siberiana de Biysk, donde toqué temas espirituales que casi nunca acostumbro a decir en público. La reacción de amor de los asistentes acompañados de flores y recuerdos tan apreciados por mi, hicieron inolvidable esa reunión, con el grupo de Roerich llamado "Velovodye" que dirige Svetlana Sapoleva.
Ella misma, me invitó a dar otra conferencia en el Poblado de Altay, Tchendek, donde se reunieron seguidores de los Roerich de toda Rusia..
Al terminar mi Conferencia y como un detalle que mucho agradecí, el grupo folklórico “Zhuravushka, vestidas a la usanza tipica, dieron un recital de bellas canciones rusas y de la región. Gocé muchísimo de su arte.
Allí los exhorté a vivir el mensaje de Roerich:
"LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD"
para que todos los seguidores de los Roerich en el Mundo estemos unidos, bajo el Símbolo de la Bandera de la paz.
Estaban ansiosos de saber, como siendo nuestro Comité Internacional de la Bandera de la paz, una Institución no lucrativa, donde no manejamos dinero, hemos podido hacer una labor única en el Mundo con la Bandera de la paz.
Cuando decidí continuar el Comité que había fundado Nicholas Roerich, ilustre Iniciador de la Bandera de la paz, y empecé a trabajar con la Ley más poderosa del Universo:
"LA LEY DEL AMOR"
ocasioné la sorpresa de muchos y la duda de que no íbamos a poder hacer mucho, sin dinero.
Hoy 27 años después he demostrado ampliamente, que cuando logras convencer a los seres humanos de la urgente necesidad que tenemos de vivir en paz y en armonía, y te guía EL FUEGO EN EL CORAZÓN ,podemos lograr absolutamente todo lo positivo que deseemos.
SOMOS EL ÚNICO COMITÉ EN EL MUNDO QUE NO MANEJAMOS DINERO, ninguno de nosotros recibe salario y todos los colaboradores estamos conscientes de que si cada ser en el Mundo hiciera algo diariamente por la paz, podríamos cambiar lo negativo en positivo y las guerras por la paz.
Cuando terminé mi charla, varios de los asistentes emocionados, vinieron a besarme las manos.
Yo sabía que no me las estaban besando a mi sino a Nicholas Roerich, Iniciador de esta gran idea que es
LA BANDERA DE LA PAZ.
También dI otra Conferencia sobre nuestra labor de 27 años con la Bandera de la paz en el mundo, en el bello Museo Estatal de la Ciudad de Barnaul, donde la televisión me eNtrevistó y los afectuosos asistentes me recibieron