Venezuela en el mapa del mundo
Es difícil imaginarse el mapa político del mundo de principios del nuevo siglo sin la República Bolivariana de Venezuela, su activa política exterior o los cambios socioeconómicos que se han llevado a cabo en este país bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez durante los últimos catorce años.
Tanto los partidarios como los opositores del líder de la revolución bolivariana (siempre ha habido unos y otros) están de acuerdo en una cosa: Hugo Chávez era un brillante y extraordinario político que a veces proponía soluciones inesperadas, que aceptó toda la responsabilidad de las reformas llevadas a cabo y que propuso nuevas recetas para solucionar antiguos problemas característicos de muchos países de Latinoamérica y de los países en vías de desarrollo. La activa línea independiente en los asuntos internacionales formada y llevada a cabo bajo su gobierno, basada en el principio de la soberanía, de la independencia y del derecho a buscar un camino propio para un desarrollo constante, combinada con la línea socioeconómica del interior del país, contribuyó al crecimiento de la consciencia nacional no sólo en Venezuela, sino también en la región de Latinoamérica y el Caribe. Se trata de un potente impulso que todavía no se ha extinguido de formación de un centro de influencia en el mundo contemporáneo multipolar. Con la influencia de Caracas se definió un nuevo vector de los procesos de integración en Latinoamérica y el Caribe que llevó a la formación de uniones como CELAC, UNASUR y ALBA. La creciente solidaridad latinoamericana, sin socios principales ni discordia ideológica, es un hecho en las relaciones internacionales contemporáneas.
Hugo Chávez era un gran amigo de Rusia. Se mostró muy respetuoso con nuestra compleja historia, que conocía muy bien, comprendía el carácter de los nuevos retos y tareas que nuestro país tenía ante sí. No sería exagerado decir que en mucho gracias a su transparencia, disposición para todo lo nuevo e iniciativa, las relaciones ruso-venezolanas pasaron a un nuevo nivel de cooperación estratégica, y la interacción práctica en ámbitos como la cooperación tecnológico-militar, la energía, la agricultura, los créditos y finanzas, la construcción civil y la preparación de personal, se desarrolla gradualmente. Basta con decir que Hugo Chávez visitó nuestro país en nueve ocasiones. La última visita tuvo lugar en octubre de 2010. Durante los últimos diez años se creó una sólida base legal para estas relaciones y se firmaron más de 60 acuerdos bilaterales. Muchas compañías rusas (el Consorcio Nacional Petrolero, Gazprom, NK Rosneft, Kamaz, entre otras) han entrado en el mercado venezolano, se ha creado con éxito un banco ruso-venezolano (por cierto, el primer banco con participación rusa en la región de Latinoamérica y el Caribe), se llevan a cabo con éxito proyectos a gran escala de extracción de hidrocarburos en la cuenca del río Orinoco, Junín-6, y está a punto de comenzar el trabajo conjunto de compañías rusas y venezolanas en el bloque Carabobo-2.
Un tema aparte y muy importante es nuestra cooperación bilateral en la escena internacional, donde Rusia y Venezuela mantienen posiciones idénticas en cuestiones fundamentales como el imperio del derecho internacional o la inadmisibilidad de la injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano. Nosotros valoramos en gran medida la posición de nuestros colaboradores en lo que respecta a la situación en el Cáucaso, el reconocimiento por parte de Caracas de Abjasia y Osetia del Sur, el desarrollo con estas jóvenes Repúblicas de unas relaciones formales.
Es de vital importancia que entre los gobiernos de los dos países se apoye un diálogo basado en el interés y la confianza, que se creen unos mecanismos para la cooperación bilateral cuya base sea la Comisión Intergubernamental a Gran Nivel que celebró su 9ª asamblea el 3 de abril en la ciudad de Caracas. Esta es una sólida base para seguir hacia adelante.
Hoy en día todos se hacen una pregunta: ¿Cuál será el destino de la herencia de este carismático Comandante, qué camino seguirá Venezuela? Existen muchas opiniones al respecto. Sin embargo, todos reconocen una cosa: ningún político venezolano de pensamiento realista podrá negar la política de erradicación de la pobreza y el analfabetismo, de erradicación de las desigualdades sociales, de participación de todas las capas sociales en la economía del país, que antes de Chávez estaba apartada de las clases más pobres.
El nuevo gobierno del país dirigido por Nicolás Maduro, que ganó en las elecciones presidenciales anticipadas del 14 de abril, planea construir su política dentro del país y en el extranjero en base a la continuidad de los cambios sociales y económicos iniciados en el periodo anterior. Los resultados de las votaciones de abril mostraron que la continuación de las reformas de Hugo Chávez dependen de la capacidad de sus herederos de solucionar complejos problemas como la garantía del crecimiento económico en el contexto de una crisis financiera mundial y de volatilidad de los mercados de la energía, que representan la mayor parte de los ingresos en divisas de Venezuela, la lucha contra el crimen organizado que se ha extendido sobre las ciudades venezolanas, la confrontación eficaz a los intentos de la oposición, que se niega a reconocer su derrota, de agitar la situación del país y poner en cuestión la legitimidad del nuevo gobierno. Para los partidarios del nuevo presidente es de vital importancia consolidar su posición y a través de ello garantizar un desarrollo pacífico del proceso político en el país. Estas tareas son complejas incluso para un político como Nicolás Maduro, formado en la sólida escuela del trabajo conjunto con el Comandante.
Naturalmente, es posible que se den algunas correcciones en la política exterior e interior de la República Bolivariana de Venezuela, el mismo Hugo Chávez reconocía que él había tenido que ser el primero en buscar nuevas soluciones, a veces poco ortodoxas, y las experiencias ajenas, incluidas las que más éxito habían obtenido, a menudo eran imposibles de aplicar a las condiciones de Venezuela.