Los miembros del G7 acaban de terminar su 41ª cumbre. Los dirigentes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido se reunieron en un gran palacio bávaro, el castillo Elmau. Fue un sitio adecuado para los amos del universo.
Afirman que el mantenimiento del orden mundial es su pasatiempo. De hecho, lo que más les interesa es la preservación de su poder a cualquier precio.