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Tecnologías de rejuvenecimiento

Пластическая косметология

¿Se ha dado cuenta de cómo cambia la cara con la edad? Una mujer encantadora de pronto se ve con ojeras, baja el contorno de sus cejas, ojos y labios, se le caen las mejillas, se alisan las curvas del contorno de su cuerpo. En lenguaje científico, los cambios debidos a la edad van acompañados de un aumento de la superficie de la piel y de una reducción de la cantidad de células grasas subcutáneas.

 

Estos cambios se hacen más evidentes con la rápida pérdida de masa corporal en caso de desequilibrio hormonal. Por cierto, el estrés crónico y el “síndrome de fatiga” contribuyen a la pérdida de volumen en la cara. Todos estos estados provocan cambios significativos de peso y ahora por cada 3 pacientes que sufren sobrepeso dos tienen insuficiencia. Estas personas muestran una apariencia de cansancio y agotamiento.

Los mismos procesos tienen lugar en el cuerpo. En primer lugar los cambios se hacen visibles en el pecho y la pared abdominal. También se vuelven “zonas de insatisfacción” en los pacientes la zona interior de los muslos, los hombros y las manos. A menudo, para revertir estos cambios se consulta con un cirujano plástico.

Durante mucho tiempo, para solucionar la forma insatisfactoria de los pechos únicamente se podía optar por los implantes de silicona. Sin embargo, según la Administración de control de alimentos y medicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration, FDA), en 2011, tras la implantación de silicona, un 30% de las pacientes tuvieron que someterse a una segunda operación en el transcurso de 10 años. Esta estadística no depende de la marca de prótesis. Estamos hablando de marcas conocidas y muy recomendadas.

El primero en proponer la idea de trasplante de tejido adiposo de un paciente para remplazar los tejidos blandos subcutáneos fue el cirujano alemán Gustav Adolf Neuber en 1883. Este utilizaba la grasa de la parte dorsal del hombro para corregir los defectos cosméticos de la cara. Su compatriota Erich Lexer adoptó este método para corregir las cicatrices que no funcionaban bien. En 1953 se habló de la posibilidad de incrementar el volumen de los pechos con el uso del propio tejido adiposo de la paciente. A partir de los años 80 del siglo XX muchos autores informan del uso con éxito de trasplantes autoadiposos, por ejemplo, para corregir arrugas faciales y manos envejecidas. No obstante, el método de lipofilling para la corrección de los cambios de la edad de los tejidos blandos no alcanzó amplio reconocimiento hasta pasados unos 10 años. La razón de la lenta introducción en la práctica de esta brillante idea científica fue la baja replantación del material injertado.

La posibilidad de utilización del tejido propio llama constantemente la atención de cirujanos y pacientes. Este procedimiento ha sido demostrado en cualquier situación caracterizada por un cambio de tejidos blandos subcutáneos por defecto o cicatriz, así como en caso de deseo del paciente de cambiar el contorno de una u otra parte del cuerpo o de la cara. También son evidentes las ventajas del tejido propio frente a los rellenos o implantes sintéticos.

Los datos clínicos y experimentales acumulados durante los últimos 10 años han permitido identificar los principios del procedimiento de trasplante de tejido adiposo, cuyo cumplimiento garantiza la efectividad del 70-90% del material trasplantado. De este modo se ha solucionado el problema principal del lipofilling: La reabsorción parcial de la grasa trasplantada. Estos principios incluyen una cuidadosa recogida del tejido adiposo y un trasplante igualmente cuidadoso al tejido previamente preparado con una red vascular altamente desarrollada.

Al mismo tiempo, el atractivo de la corrección de contornos de la cara y el cuerpo con tejido propio en la cirugía estética es tan alto que el lipofilling a menudo se lleva a cabo sin contar con la tecnología. Por lo tanto, se desacredita el método, pero los resultados insatisfactorios del lipofilling casi siempre se deben únicamente a razones técnicas.

Muchas veces se recoge el tejido adiposo de la zona de la pared anterior del abdomen y de la capa interna del músculo con una cánula de microaspiración. El material conseguido se lava y se prepara de una determinada manera para aumentar su futura reabsorción. La observación de los pacientes en el periodo postoperatorio ha mostrado que el tejido adiposo trasplantado se reduce durante el año siguiente en una media del 25%. A partir del año los resultados de la corrección permanecen estables. Así, la liposucción de la zona donante es un valor añadido para el paciente.

En la inyección de tejido la distancia entre las capas debe ser suficiente para conservar una buena alimentación de las células trasplantadas. De este modo, en las zonas con un volumen insuficiente de tejidos blandos es necesario realizar el lipofilling en varias etapas. Un ejemplo es el resultado ya visible tras el primer procedimiento de corrección del contorno de nalgas. Al mismo tiempo, la corrección radical de una retracción cicatricial necesita 2 ó más intentos debido precisamente al contacto entre capas de piel y tejidos subyacentes.

Es posible inyectar de nuevo tejido en la zona de la cara hasta 3 veces en un plazo desde 3 meses hasta un año. En la actualidad se está trabajando para poder congelar el tejido aspirado para poder repetir el filling de las zonas de “pequeña capacidad” sin tener que repetir la liposucción.

El efecto del lipofilling en la cara es evidente, pero en las fotografías es bastante más difícil de mostrar que el de los materiales sintéticos o las operaciones de estiramiento facial. No obstante, el incremento de volumen en la zona de los pómulos, la barbilla o las mejillas es muy eficaz.

La cirugía plástica en los pechos no deja indiferentes a las mujeres de todo el mundo desde hace varias décadas. Decidirse a dar este paso no es algo sencillo. Pero es todavía más complicado escoger la metodología más adecuada y un médico en quien confiar. Las prótesis se pueden comprar con los piercings. Nadie puede garantizar que la prótesis, aunque sea del mejor material, no se inflamará. Puede durar 10 años con todo en orden, a pesar de enfermedades, estrés, viajes. Pero de golpe, por culpa de un simple resfriado, puede infectarse o ser rechazada. Los folletos no suelen dar información de hasta qué punto son exitosas las operaciones de implante de prótesis o hasta qué punto se complican los tratamientos.

Se sigue investigando científicamente sobre ello en varios países. A menudo aparece esta información y de golpe desaparece la publicidad sobre los métodos de aumento de pecho con utilización de pomadas, pastillas, hipnosos, etc. A día de hoy, la única alternativa viable a los implantas puede ser el tejido adiposo del propio paciente.

Una especie de “punto de no retorno” a la sabiduría popular fue la invención de un nuevo método con tecnología que permite la reconstrucción total de los pechos. Este método fue propuesto hace doce años por el cirujano americano Roger Khouri. La tecnología es la siguiente: la paciente se pone un sujetador especial de plástico con un succionador. Gracias a la dilatación el tejido se expande en volumen en base a una hinchazón local, también se dilata la piel necesaria para la futura reconstrucción o aumento de pecho. El tejido preparado especialmente para ello se inyecta en el espacio preparado. Si la gota de grasa es pequeña, se reabsorberá, si es mayor sólo las células exteriores del trasplante de tejido recibirán alimentación, y el resto, sin conseguir hacer germinar sus vasos, morirán. La invención del doctor Khouri consiste precisamente en preparar la masa adiposa de forma correcta e inyectarla de un modo especial para garantizar la reabsorción total del tejido.

La reconstrucción de los pechos puede ser necesaria tras la pérdida repentina de peso, tras la alimentación de un hijo, o tras operaciones y lesiones oncológicas. Existe una multitud de formas de asimetría y anomalías en el desarrollo de los pechos, fáciles de corregir mediante el lipofilling y el aparato de succión.

La operación se realiza con anestesia local o general. El pecho conseguido es un pecho ideal: blando, delicado y natural al tacto. Una vez el tejido trasplantado se reabsorbe ya no existe ningún riesgo de rechazo. En este caso el tiempo “es un aliado del paciente”. No obstante, la operación de aumento de pecho mediante prótesis tiene sus características preferidas por las pacientes y cuenta con partidarios entre los cirujanos estéticos.

Y es estupendo que hoy en día las mujeres que desean aumentar su pecho o mejorar su figura puedan elegir entre los implantes y el nuevo método de lipofilling, o el fat grafting. Porque si un médico puede mejorar la calidad de vida de su paciente, ¡debe hacerlo!